ESTUDIO DE LOS ESPACIOS RITUALES MUDÉJARES EN LA CASTILLA MEDIEVAL: MEZQUITAS Y CEMENTERIOS ISLÁMICOS EN UNA SOCIEDAD CRISTIANA
Referencia
: Proyectos I + D Excelencia del Ministerio de Ciencia e Innovación (HAR2017 - 83004 - P)
IPs: Olatz Villanueva Zubizarreta y Mª Isabel del Val Valdivieso (Universidad de Valladolid)
Vigencia: 2018 - 2021

Excavación de la mezquita de Valladolid

Excavación de la mezquita de Valladolid

En 1412 la reina regente de Castilla, Catalina de Lancaster, ordenó recluir en barrios propios a sus minorías judía y musulmana. En Valladolid, el espacio destinado a morería fue una huerta (de unas 2 has.) que el cabildo de la iglesia de Santa María tenía al sur de la villa, intramuros de ella, y que cedió al concejo para este uso. En los años inmediatamente posteriores, la huerta se urbanizó a lo largo de dos calles principales y varias callejas que las cortaban, construyéndose algo más de un centenar de edificaciones, en su mayoría casas particulares compuestas por la vivienda y el taller o la tienda. 

En la zona más alejada a la puerta de entrada al barrio, a los pies de la muralla de la villa, la aljama mora se reservó unos suelos para edificar construcciones de uso colectivo, entre ellos, el complejo religioso formado por la mezquita (o almají, como ellos la denominaban), la casa de bodas y la casa del alfaquí. 

Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en el nº5 de la calle Claudio Moyano entre los años 2018 y 2020 han permitido documentar diversas evidencias que tienen que ver con la ocupación de este espacio urbano entre finales de la Edad Media y principios de la Moderna. Entre ellos, se ha documentado la cimentación de la muralla levantada a finales del siglo XIII a instancias del concejo de la villa, construida en mampuesto calizo, que servía de limite meridional de la urbe, pero también de la morería.

Igualmente, la excavación arqueológica ha recuperado evidencias de los talleres de alcallería que se instalaron en esta zona rodeando al complejo religioso. En los hoyos donde verían sus desechos, se han hallado cientos de fragmentos de su producción cerámica, en su mayoría vajilla de mesa esmaltada en blanco y decorada con vistosos colores. 

Pero el hallazgo más llamativo ha sido el de los excepcionales restos del complejo religioso islámico: la sala de oración del almají y parte de su patio, empedrado. La sala era un espacio rectangular de 220 m², de una sola nave, que conserva el perímetro prácticamente complejo, la puerta y buena parte del pavimento, de calicanto. Su identificación como mezquita es clara, ya que se ha podido documentar tanto el  muro de la quibla como una rotura en su mitad donde se abriría el mihrab (el nicho ritual que indicaba la dirección de La Meca), resultando todo el espacio orientado hacia el sureste. Algunas trazas en el suelo, justo en el muro frontero, permiten sugerir, incluso, la ubicación de la galería de las mujeres. 

El edificio de esta mezquita fue finalmente derribado en 1506 como consecuencia del decreto de conversión forzosa de los musulmanes castellanos que los Reyes Católicos dictador cuatro años antes. Desde entonces, el espacio arruinado y hecho muladar durante casi cuatrocientos años, hasta que José Armendia construyó en 1863 el espléndido inmueble de cinco plantas que hoy se levanta en este punto de la calle. 

Redacción del Proyecto Arqueológico: Manuel Moratinos García (dir.), Javier Jiménez Gadea, Mª Dolores Muñoz Herrera, Olatz Villanueva Zubizarreta
Coordinación Científica: Olatz Villanueva Zubizarreta y Javier Jiménez Gadea
Dirección Facultativa: Manuel Moratinos García
Dirección Técnica: Ángel L. Palomino Lázaro y José Enrique Santamaría González
Promotor: Pavalgán Robur S.L.U

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