«Los moros obligados al fuego», El primer cuerpo de bomberos de Valladolid

La mayor parte de la población musulmana de Valladolid se dedicaba a la construcción, y en especial a la carpintería, una actividad que parecieron monopolizar a nivel local al menos desde el siglo XV.

Los Andado, Ayllón, Bazán, Biras, Carretón, Castañón, Ciguñuela, Enamorado, Malpartida, Mendoza, Murcia o Retaco (algunos de los apellidos de aquellas familias carpinteras) se labraron, junto a alarifes, yeseros, herreros o tejeros, un gran reconocimiento como artesanos y conocedores de las propiedades de la madera. Esta pericia les depararía un controvertido destino.

Los constantes incendios en las villas medievales, por su intrincada morfología urbana, materiales constructivos y la necesidad de utilización del fuego para el trabajo y la vida diaria, hicieron que a finales del siglo XV el Concejo de Valladolid se planteara tomar medidas permanentes.

Así, se decidió contratar un servicio de extinción de fuegos y que este recayera en aquellos que mejor conocían las construcciones que ardían: los moros que las construían. La primera evidencia documental data de 1497 y desde 1500 se conocen pagos de 3.000 maravedís anuales a un grupo de 30 moros «obligados al fuego».

Suponemos, como se cuenta en las fuentes, que cuando el toque de las campanas anunciaba un incendio, los carpinteros moros acudían a sofocarlo con sus propias herramientas. Según documentos de décadas posteriores quince de ellos debían acudir provistos de un hacha de corte y pico, tres con hachas de corte y martillo, y hasta ocho serían «mozos de apoyar».

Este trabajo, iniciado cuando el Islam era aún permitido en Castilla, se perpetuó en las mismas familias una vez obligadas al bautismo cristiano en 1502. Así, durante todo el siglo XVI los carpinteros moriscos protegieron la villa de los incendios y se encargaron también de otras obras públicas como derribos.

El servicio terminó abruptamente cuando, en la primavera de 1610, los moriscos vallisoletanos fueron expulsados de sus hogares. Felipe III había decretado «se saquen todos los moriscos de este reino y que se echen en Berbería», terminando muchos de ellos en el más que posible infeliz destierro de Túnez.

Si quieres saber más: «Los moros obligados al fuego o el primer cuerpo de bomberos de Valladolid», Olatz Villanueva Zubizarreta (2015).

Casa ubicada entre las calles Rúa Oscura y Macías Picavea, considerada el único edificio que sobrevivió al incendio de 1561. Construida a finales del siglo XIV, es posiblemente el inmueble civil más antiguo de la ciudad.