Mezquita, como almají (la denominación mudéjar), proviene de la palabra árabe «masyyid» (مسجد). Este vocablo se forma a partir de la raíz «sayyada» (سجد) -arrodillarse, inclinarse, orar-, a la que se suma el prefijo «ma» (ما) -lugar de-.
Pese a que la oración o «salat» (صلاة), uno de los cinco pilares islámicos, puede realizarse en cualquier espacio, existe una construcción estipulada que reúne a los fieles y alberga las oraciones del viernes. El recinto tiene un carácter multifuncional: para el culto divino, reuniones políticas y administración de la justicia, la oración personal y la enseñanza y estudio de la religión.
El modelo originario de la mezquita es la casa de Mahoma en Medina, donde se reunía y rezaba la «umma» primitiva: un patio cuadrado rodeado de muros de adobe, un espacio cubierto, un sencillo púlpito y un signo que indicaba la quibla.
Tras esta primera mezquita se construyó la de La Meca, a partir del santuario pagano de la Kaaba.
Pese a los diferentes estilos arquitectónicos, la tipología arquitectónica esencial de las mezquitas suele repetirse.
El elemento articulador es un patio donde hay una fuente para la ablución ritual y un reloj de sol para fijar las horas de la oración. Desde él se accede a la sala de oración, con un nicho de oración (mihrab) que indica la dirección (quibla) a La Meca y un púlpito (mimbar) en el muro de la quibla para dirigir el culto los viernes. Cuando el tiempo es cálido las oraciones de los viernes pueden hacerse en el patio.
Normalmente, la sala de oración tiene un mobiliario escaso: un atril para el Corán, candelabros, lámparas, esteras y alfombras, pero suele estar profusamente decorada con caligrafía o motivos vegetales y geométricos.
A cada mezquita está adscrito al menos un muecín o almuédano (mu’addin) que llama a la oración desde el la torre o minarete, así como un imán, que dirige la oración.
Como rasgo característico, las mezquitas ibéricas andalusíes y mudéjares están orientadas al sur o sureste.
En Alm*Islam rastreamos las evidencias arqueológicas y documentales de almajíes en las diferentes ciudades y villas castellanas. Localidades como Ávila llegaron a tener hasta tres mezquitas en el siglo XV.
Imagen: mezquita-catedral de Córdoba, una de las joyas de la arquitectura andalusí con una enorme sala de oración hipóstila. Fue construida en diferentes fases durante el emirato y el califato de Córdoba. En el siglo XVI se edificó una catedral de estilo renacentista en su interior.