Mudéjar, del árabe مدجّن (mudayyan), significa «domesticado» y hace referencia a los musulmanes que durante la Plena y Baja Edad Media vivieron en minoría en territorios peninsulares bajo dominio cristiano. Para algunos, el término mudéjar ha terminado haciendo referencia a comunidades de una cuestionada identidad islámica (tradicionalmente se ha pensado que su religiosidad era más bien residual). Además, el término se ha mezclado con otro concepto más amplio como es el de arte mudéjar, dando lugar a una serie de equívocos y contradicciones.
Sin embargo, desde Alm*Islam consideramos que estas poblaciones, de origen peninsular, reúnen sobradamente las características necesarias para ser tratadas plenamente como musulmanas o islámicas. Así, sin desterrar el término «mudéjar», promovemos la utilización de «musulmanes castellanos» o «castellanos musulmanes» para referirnos a estos vecinos y vecinas de la Cuenca del Duero bajomedieval.
Estas poblaciones musulmanas, en origen andalusíes, llegaron a la Cuenca del Duero después de la conquista cristiana de la Taifa de Toledo en 1085. Tras la caída de este reino y la imposición cristiana, parte de la población migró hacia el norte huyendo tanto de la presión económica y socio-política como de de la inestabilidad que ocasionaron las invasiones almorávide y almohade, asentándose en diversas ciudades castellanas septentrionales a partir del siglo XII. Seguramente, allí fueron acogidas de buena gana para impulsar la vida económica de unas villas que en estos momentos estaban reorganizándose.
Así, hasta el siglo XVI (durante alrededor de cuatrocientos años), hubo comunidades y aljamas musulmanas en ciudades como Ávila, Valladolid, Arévalo, Segovia, El Barco de Ávila, Piedrahita, Ayllón, Aranda de Duero, Cuéllar, Burgos, Medina del Campo o Palencia.